Persecución más grande de la Iglesia procede de su interior, dice el Papa Benedicto XVI
AVIÓN PAPAL, 11 May. 10 (ACI).- Respondiendo a las habituales preguntas al iniciar su viaje apostólico a Portugal, el Papa Benedicto XVI señaló que "la persecución más grande a la Iglesia no procede de enemigos externos, sino que nace del pecado en la Iglesia".
Al responder a la pregunta sobre la relación existente entre el atentado sufrido por Juan Pablo II, el escándalo generado por los casos de abusos sexuales en la Iglesia y el Mensaje de Fátima, el Santo Padre señaló que lo nuevo que se puede descubrir es "la pasión" que vive la Iglesia que se "refleja en la persona del Papa".
Benedicto XVI explicó, indica Radio Vaticano, que "en cuanto a las novedades que hoy podemos descubrir en este mensaje, encontramos que los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo vienen del exterior, sino que el pecado existe en la Iglesia. Esto siempre se ha sabido, pero hoy lo vemos de una forma terrible: que la persecución más grande a la Iglesia no procede de enemigos externos, sino que nace del pecado en la Iglesia".
"Y por lo tanto, –precisó– la Iglesia tiene una profunda necesidad de reaprender la penitencia, aceptar la purificación, aprender el perdón pero también la necesidad de justicia. El perdón no sustituye la justicia".
Seguidamente el Papa recordó que "el Señor es más fuerte que el mal y la Virgen para nosotros es la garantía visible, materna de la bondad de Dios, que es siempre la última palabra en la historia".
Benedicto XVI también respondió a una pregunta sobre la secularización en Portugal, un país cuyas raíces son profundamente católicas y que a lo largo de los siglos ha visto "una fe valerosa, inteligente y creativa" testimoniada por la nación lusitana en muchos lugares del mundo como en Brasil. "La dialéctica entre la fe y el secularismo en Portugal" tiene "una larga historia", pero existen personas que buscan "crear puentes y crear un diálogo" entre ambas posiciones, dijo luego.
"Pienso que la tarea, la misión de Europa en esta situación es encontrar este diálogo, integrar fe y racionalidad moderna en una única visión antropológica que completa al ser humano y hace así comunicable las culturas humanas. La presencia del secularismo es una cosa normal, pero la separación, la contraposición entre secularismo y cultura de la fe es anómala y debe ser superada".
"El gran desafío –dijo el Papa– de este momento es que las dos se encuentren, descubriendo su verdadera identidad. Es una misión de Europa y una necesidad humana en nuestra historia".
Al hablar luego sobre la crisis económica en Europa, el Santo Padre comentó que "toda la tradición de la Doctrina social de la Iglesia está en el sentido de extender el aspecto ético de la fe, además del individuo, a la responsabilidad del mundo, a una racionalidad 'permeada' por la ética. Y de otra parte, los últimos acontecimientos en el mercado en estos últimos dos o tres años han demostrado que la dimensión ética es interna y debe entrar al interior del actuar económico. Solo así Europa realiza su misión".
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