viernes, 28 de noviembre de 2008

Los Carismas en la Comunidad de Corinto - P. Albert Vanhoye


Los Carismas en la Comunidad de Corinto
R. P. Dr. Albert Vanhoye, S.J.


Para esta conferencia me ha parecido interesante elegir como tema “Los Carismas en la Comunidad de Corinto”. Tal elección puede suscitar cierta perplejidad: ¿porqué considerar concretamente la comunidad de Corinto? ¿Porqué no hablar más bien de la Iglesia primitiva de Jerusalén, o bien de alguna otra comunidad más antigua o más importante que la de los corintios, como la Iglesia de Antioquía o la Iglesia de Roma?

Las razones son simples: en el Nuevo Testamento la palabra griega carisma nunca es usada para describir a la Iglesia de Jerusalén ni a la de Antioquía; en cuanto a la Iglesia de Roma, no tenemos ninguna descripción al respecto. San Pablo, es cierto, ha escrito una larga carta a los cristianos de Roma, en la cual habla también de carismas (Rm 12, 6-8), pero no había estado aún entre ellos, y por tanto no estaba en condición de describir la comunidad, sino solamente con expresiones muy genéricas, como: “La fama de vuestra fe se expande por todo el mundo” (Rm 1, 8). En cambio, para “la Iglesia de Dios establecida en Corinto” (1 Cor 1, 2; 2 Cor 1, 1) tenemos en las dos cartas de Pablo una descripción muy interesante de la vida comunitaria; y esta descripción nos atestigua la importancia atribuida a los carismas. Las manifestaciones carismáticas sobreabundaban en Corinto, a tal punto que el Apóstol sintió la necesidad de tratar el problema de modo profundo. Esta discusión ocupa tres capítulos de la primera a los Corintios (12-14). La palabra griega carisma es usada cinco veces en el capítulo doce y otras dos veces en los capítulos precedentes (1, 7; 7, 7), por ende siete veces en total, mientras que se encuentra solamente diez veces en todo el resto del Nuevo Testamento.

Otra razón que nos mueve a interesarnos de los carismas en Corinto reside en el hecho de que, en las discusiones modernas sobre la organización de la Iglesia, muchos autores presentan la comunidad de Corinto como modelo de Iglesia carismática y la contraponen a la Iglesia institucional, provista de presbíteros como en Jerusalén. Esta tesis ha aparecido en Alemania en el siglo pasado. Un teólogo protestante, F. C. Baur, publicó un libro sobre el apóstol Pablo, en el cual contraponía paulinismo y petrismo. Más tarde, otro teólogo protestante, A. Harnack, propuso la distinción de dos especies de ministerios en la Iglesia primitiva, los ministerios carismáticos y los ministerios administrativos. Naturalmente, él daba la preferencia a los ministerios carismáticos. Otros, más sistemáticamente, negaron decididamente la compatibilidad de estas dos especies de ministerios y afirmaron que en realidad, al inicio la Iglesia era solamente carismática, posteriormente se volvió jurídica.

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