miércoles, 4 de febrero de 2009

Chesterton y la evangelización de la cultura - Nelly Bustamante



CHESTERTON
Y LA EVANGELIZACIÓN DE LA CULTURA
Nelly Bustamante


Conferencia Internacional
(Primera Iberoamericana)

Buenos Aires, 21 al 24 de septiembre 2005


Intervención en el panel "Chesterton y la Evangelización de la Cultura" del día jueves 22 de septiembre




INTRODUCCIÓN

¿Qué entendemos por "Evangelización de la cultura"? Primero, qué entendemos por cultura? Explícitamente rechazamos la concepción de la cultura como mera "adaptación al medio", como simple conjunto de hechos resultantes de la interacción social cerrada en sí misma, en la que valores y normas son relativos a la misma cultura, o mejor dicho a la sociedad que los "construye" interactuando. Como todos sabemos, esta noción proviene de la ciencia positiva y es por ej. la que se utiliza en nuestra reforma educativa 1.


La entendemos en su sentido filosófico, como desarrollo de la potencialidad de la naturaleza humana y de la potencialidad del mundo mismo por una acción consciente y libre, que genera una totalidad jerarquizada de valores cuya asunción personal y social configura su identidad. "El hombre es verdaderamente hombre gracias a la cultura" afirmó Juan Pablo II en la UNESCO el 2 de junio de 1980, en la línea de la dicho por Vaticano II, poniendo en evidencia la trascendencia de la cultura esencial por sobre todas las formas históricas de cultura.


La cultura, la actividad humana cultural es entonces un compromiso y una tarea a la que el hombre es convocado por quien le dio su naturaleza y le confió el mundo visible. Implica nada menos que la responsabilidad de poner de manifiesto toda la perfección de la que son capaces, colaborando así con la acción creadora.


Claro que no podremos entender la cultura humana en sí y en sus distintas formas históricas si no tenemos en cuenta la realidad total del hombre que nos da la fe cristiana al revelarnos que su naturaleza tiene un desorden del que ha sido redimido por Dios hecho Hombre. Jesucristo "revela plenamente al hombre quién es él mismo" dice Vaticano II. Es más, Jesucristo posibilita al hombre el ser plenamente hombre al hacerlo hijo de Dios. La evangelización de la cultura no consiste sino en posibilitarle que alcance su plenitud humana al hacerse cristiana. Y por otra parte toda cultura, en la medida en que lo es, está abierta a lo divino y a Dios hecho Hombre... A ese respecto encontramos un texto muy esclarecedor del Cardenal Ratzinger, del 20032: "... No deberíamos más hablar propiamente de inculturación si no de encuentro de las culturas (...) En efecto, inculturación presupone que una fe, por decirlo así, culturalmente despojada se trasponga
en una cultura religiosamente indiferente. Proceso en el cual dos sujetos hasta ese momento extraños se encuentran y realizan una síntesis. Ahora, esta representación es artificiosa e irreal, porque no existe una fe que carezca de cultura, y, fuera de la moderna civilización técnica, no existe una cultura privada de religión. Sobre todo porque no se logra ver como dos organismos de por sí completamente ajenos uno al otro puedan de golpe convertirse en una totalidad vital (...) Sólo si se mantiene firme la potencial universalidad de todas las culturas y su recíproca apertura, la interculturalidad (el encuentro de ellas) puede llevar a nuevas formas fecundas".


Encontramos en Chesterton una captación y una vivencia profundas de los hombres y de las culturas históricas – fue un hombre arraigado a su país y abierto con pasión a su tiempo, que interpretó con lucidez – pero también encontramos en él una captación y una vivencia entrañables de lo que debe ser la cultura esencial, y esto lo logró por su fe.


Vamos a tomar principalmente "El hombre eterno" (1925) junto con algunas páginas de "San Francisco de Asís" (1922) escritas inmediatamente después de su conversión, en donde como sabemos expone su visión de la historia de la cultura. Maysie Ward, primera biógrafa de Chesterton, las considera sus obras más maduras a este respecto 3.


Pero primero haremos una breve referencia a "Ortodoxia" (19), porque allí Chesterton nos explica su manera de pensar, su modo de abordar la realidad que posibilita el conocerla con verdad, y que lo llevó a él gradualmente a persuadirse por una serie de evidencias concurrentes que esa verdad existía y que se encontraba en la Iglesia Católica. ¿Por qué conviene que empecemos por aquí también hoy? Porque el tema que nos convoca es "Chesterton en la crisis de nuestra cultura", y la característica más notoria que ella nos manifiesta hoy es un relativismo intolerante que paraliza la inteligencia del hombre contemporáneo y quiere obligarlo a no hacer pie en ningún valor objetivo capaz de permitirle salir de esa crisis. Chesterton – como en muchos otros temas- se adelanta proféticamente a su tiempo al declarar que la inteligencia está "gravemente amenazada porque tiene el poder de autodestruirse", y al proponer "pensar con cordura" no propone otra cosa que redescubrir la capacidad que tiene la inteligencia humana de conocer lo que las cosas son, pero también de reconocer sus límites y su necesaria apertura a otras instancias, la fe en primer lugar, en una armonía que integra también la sensibilidad del hombre, por una parte, la acción de los dones de Dios, por otra, la experiencia personal y colectiva... Es el pensar con cordura lo que llevará a Chesterton a descubrir -no sin regocijo- que los nuevos horizontes en cuya búsqueda había salido no eran sino los de su propio hogar, el de la fe cristiana, en donde había permanecido siempre, sin advertirlo.


Es una visión de extraordinario equilibrio que le permite poner de manifiesto la unilateralidad y la credulidad – valga la paradoja- del viejo positivismo imperante en su tiempo, y lo lleva a exigir reconocer como "hechos" – los famosos "hechos" de la ciencia positiva- pero hechos incontrovertibles la realidad de la naturaleza humana y la realidad de la Encarnación del Verbo.


"Ortodoxia" es la necesaria introducción a la visión más madura de "El hombre eterno"4. Pero vamos a introducirnos al tema mediante algunos párrafos llenos de frescura y plasticidad de "San Francisco"5: (leer de la ed. cit., pág. 365 y ss).


"El hombre eterno es un vigoroso ensayo de Teología de la Historia, escrito en polémica contra Wells por su interpretación positivista. Lo divide, como en dos grandes partes, que corresponden a las dos grandes etapas de la historia humana. La primera se refiere a "esa criatura llamada hombre", y en la segunda trata "del hombre llamado Cristo". Tratando de utilizar algo del buen sentido de nuestro autor, no intentaré en mis 15’ sintetizar lo que de por sí es una formidable síntesis. Más bien procuraré incitarlos con palabras del mismo Chesterton a que se zambullan en la obra. (leer párr. seleccionados).

Concluyo. Hemos encontrado en Chesterton un profeta –decíamos- en el sentido amplio de anticipador de tiempos nuevos. También podríamos encontrar un precursor, ante el desafío que nos presenta nuestro momento histórico. Fue un hombre de esperanza – en el sentido literal, teologal del término – de radical confianza en el poderoso amor de Dios que sigue obrando, en la Historia y en los hombres.


_______

1 Cfr. Contenidos Básicos Comunes de la Educación General Básica, Bs As.
2 "Fe, religión y cultura", conferencia publicada en el libro Fe, verdad, tolerancia, ed. Cantagalli, Siena, 2003. La traducción del texto es mía.

3 Maisie Ward, GILBERT KEITH CHESTERTON, ed. Poseidón, Bs As, 1947
4 Cito por la traducción castellana de F. De la Milla, 3º ed, ed. Poblet, BsAs, 1948
5 Cito por la traducción castellana de las Obras Completas, ed. Plaza y Janés, Barcelona, 1952:


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