El Cardenal Caffarra recuerda que Juan Pablo II ratificó que ningún Papa puede romper el vínculo matrimonial
El Cardenal Caffarra es Arzobispo de Bolonia. Fundó en 1980, por mandato de Juan Pablo II, el Pontificio Instituto Juan Pablo II sobre el matrimonio y la familia. Afirma en esta entrevista: “No se podrá dar la Comunión a Divorciados Vueltos a Casar”.
17/03/14 (Foglio/InfoCatólica).- El Cardenal y Arzobispo de Bolonia, S.E.R Carlo Caffarra, aborda en una entrevista para “Il Foglio” los temas del orden del día del Sínodo extraordinario de octubre y del Sínodo ordinario del 2015: matrimonio, familia, doctrina de la “Humanae Vitae”, penitencia. El prelado italiano critica las palabras del Cardenal Kasper sobre el acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar y advierte que Juan Pablo II indicó que la potestad papal no puede dar ningún tipo de legitimidad a una segunda unión mientras permanezca el vínculo matrimonial, que es indisoluble.
A continuación, la entrevista de Matteo Mateuzzi al Cardenal Caffarra:
Matteo Mateuzzi: La “Familiaris Consortio” de Juan Pablo II se encuentra en medio de un fuego cruzado. Por una parte se dice que es el fundamento del Evangelio de la familia, por otra que es un texto superado. ¿Cabe pensar en una actualización?
Cardenal Caffarra: Si hablamos de la ideología de género y del denominado «matrimonio» homosexual, es verdad que en los años de la “Familiaris Consortio” (FC) no se hablaba de ello. Pero de todos los demás problemas, sobre todo de los divorciados vueltos a casar, se habló largamente. De esto soy testigo directo, porque fui uno de los consultores del Sínodo de 1980. Decir que la FC ha nacido en un contexto histórico completamente distinto del actual no es verdad. Después de matizar esto, puedo decir antes que nada que la FC nos ha enseñado un método con el que se deben afrontar las cuestiones sobre el matrimonio y la familia. Usando ese método la FC ha llegado a una doctrina que sigue siendo un punto de referencia ineludible. ¿Cuál es el método? Cuando preguntan a Jesús en qué condiciones era lícito el divorcio no se discutía en ese momento sobre la licitud como tal; Jesús no entra en la problemática casuística de la que nacía la pregunta, sino que indica en qué dirección se debía mirar para entender qué es el matrimonio y en consecuencia cuál es la verdad de la indisolubilidad matrimonial. Fue como si Jesús hubiera dicho: “Mirad que debéis salir de esta lógica casuística y mirar en otra dirección: la del «Principio». Es decir: debéis mirar allá donde el hombre y la mujer vienen a la existencia, en la verdad plena de su ser hombre y mujer llamados a ser una sola carne”. (…)
MM: ¿Cuál es el significado más profundo y actual de la “Familiaris Consortio”?
Cardenal Caffarra: «Por tener ojos capaces de conservar la luz del Principio», la FC afirma que la Iglesia tiene un «sentido sobrenatural de la fe» que no consiste única o necesariamente en el consenso de los fieles. «La Iglesia, siguiendo a Cristo, busca la verdad que no siempre coincide con la opinión de la mayoría. Escucha a la conciencia y no al poder, en lo cual defiende a los pobres y despreciados. La Iglesia puede recurrir también a la investigación sociológica y estadística, cuando se revele útil para captar el contexto histórico dentro del cual la acción pastoral debe desarrollarse y para conocer mejor la verdad; no obstante tal investigación por sí sola no debe considerarse, sin más, expresión del sentido de la fe» (FC 5). He hablado de «verdad del matrimonio». Querría precisar que esta expresión no indica una norma ideal del matrimonio. Indica lo que Dios con su acto creador ha inscrito en la persona del hombre y de la mujer. Cristo dice que antes de considerar los casos, conviene saber de qué cosa estamos hablando. No estamos hablando de una norma, que admita o no excepciones, de un ideal hacia el cual haya que ir. Estamos hablando de qué es el matrimonio y qué es la familia. (…) La Exhortación describe el sentido más profundo de la indisolubilidad matrimonial (FC 20). La FC representa un desarrollo doctrinal grandioso, hecho posible también gracias al ciclo de catequesis de Juan Pablo II sobre el amor humano (…), dirigiendo su atención a las raíces profundas. (…) Y no ha ignorado los problemas concretos. Ha hablado también del divorcio, de las parejas de hecho, del problema de la admisión a la Eucaristía de los divorciados vueltos a casar. Por tanto la imagen de una FC que pertenece al pasado, que no tiene nada que decir en el presente, o es una caricatura o es lo que consideran personas que no la han leído.