martes, 22 de junio de 2010

Mons. Aguer llama a movilizarse por el Matrimonio y la Familia

Mons. Aguer llama a movilizarse por el Matrimonio y la Familia


La Plata (Buenos Aires), 21 Jun. 10 (AICA).- El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, llamó a participar de los encuentros que se organicen en defensa del matrimonio, de la familia y de la vida. Por el derecho de los niños argentinos de las próximas generaciones a ser criados y educados por un papá y una mamá, de lo cual depende en buena medida el futuro de la Patria. No se trata -dijo en su reflexión televisiva- de una cuestión religiosa, propia de la dogmática católica. En este campo, hay otras religiones que también están de acuerdo con el orden natural de las cosas tal como lo percibe una conciencia rectamente formada. Se trata de un tema de razón natural y de sentido común sobre el cual una minoría ideologizada y militante procura cambiar el juicio de la población. A continuación el texto completo de la reflexión de monseñor Aguer.


Por el matrimonio y la familia

“Llama mucho la atención el afán con el cual el actual gobierno promueve la sanción del proyecto de ley, que ya tiene media sanción de la Cámara de Diputados de la Nación, para legalizar como matrimonio y conceder un estatuto de derecho público a la convivencia de personas del mismo sexo”.

“En realidad este es un tema que atraviesa transversalmente a todas las posiciones políticas con representación parlamentaria. Es notable, porque en las plataformas de los partidos que participaron de las últimas elecciones, en ninguna de ellas se proponía a la ciudadanía semejante alteración del Código Civil y del ordenamiento jurídico y social de la sociedad argentina”.

“Es preciso remarcar el significado que tiene este proyecto y la gravedad de las consecuencias que se seguirían si llega a transformarse en ley”.

“¿Cuál es el punto fundamental? Es que a un hecho privado, como es la convivencia de personas del mismo sexo, se le quiere otorgar un estatuto de derecho público y equipararlo al matrimonio. Esto implica una alteración de la esencia del matrimonio y por consiguiente del ordenamiento jurídico de la sociedad”.

“Al Estado le corresponde tutelar al matrimonio entendido como unión estable de un varón y una mujer, porque es la base de la familia, tal como lo entiende no sólo la religión católica sino como lo han concebido las grandes culturas de la humanidad a lo largo de toda la historia. De la familia fundada en la unión estable y fecunda del varón y la mujer depende la sociedad humana”.

“Los problemas y las situaciones de diversa índole que se suscitan en la convivencia de dos personas, sean del mismo o de diferente sexo, pueden resolverse en el campo del derecho común. Pero aquí lo que se quiere es crear una institución de derecho público equiparable al matrimonio y con la capacidad de adoptar hijos invocando un principio de igualdad que confunde realidades diferentes y discrimina en contra de la naturaleza de las cosas”.

“Las consecuencias serían enormes, en distintos ámbitos. En primer lugar, si se aprueba esta ley se altera todo el derecho de familia y otras ramas del Derecho en cuanto tienen relación con la institución del matrimonio”.

“Habría que sopesar también las consecuencias educativas, pedagógicas. ¿Acaso a partir de esta ley, de la cual Dios nos libre, habrá que enseñar, en las escuelas, a los chicos, que ahora hay dos opciones para casarse, que uno puede casarse con una persona del mismo sexo o con una de distinto sexo, y que ambas uniones son igualmente válidas, dignas y honestas?”.

“Esto es absolutamente inaceptable. No se trata de una cuestión religiosa, propia de la dogmática católica. En este campo, hay otras religiones que también están de acuerdo con el orden natural de las cosas tal como lo percibe una conciencia rectamente formada. Se trata de un tema de razón natural y de sentido común sobre el cual una minoría ideologizada y militante procura cambiar el juicio de la población”.

“En la sanción de esta ley se juega algo extraordinariamente grave para el futuro de la sociedad argentina. Por eso es necesario que reaccione la mayoría silenciosa de nuestro pueblo y que manifieste públicamente que esto que proponen los legisladores no puede ser, no debe ser. En varias provincias y ciudades ya se han realizado marchas y convocatorias masivas para solicitar al Senado de la Nación que no dé el paso fatal que han propuesto, por leve mayoría, los diputados”.

“Invito a todos a informarse de buena fuente en este problema, a interesarse por él y a participar de los encuentros que se organicen en defensa del matrimonio, de la familia y de la vida. Por el derecho de los niños argentinos de las próximas generaciones a ser criados y educados por un papá y una mamá, de lo cual depende en buena medida el futuro de la Patria”.




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