R. P. Dr. Leonardo Castellani
Puede escuchar el Sermón del P. Castellani al final de este Post.
Sermón del R. P. Dr. Leonardo Castellani (1899-1981), destacadísimo sacerdote argentino, sobre "San Ignacio de Loyola, Hombre de Fuego" pronunciado el domingo 31 de Julio de 1966 en Buenos Aires. El registro del sermón está lamentablemente inconcluso.
La conversión de San Ignacio fue en 1521 a los 30 años, en su lecho de convaleciente. En el sitio de Pamplona por el ejército francés, una bala de cañón le destrozó la pierna derecha, y apenas cayó él, el puñado de españoles que defendía la fortaleza se rindió.
En su larga convalecencia Iñigo leyó vidas de Santos; había pedido le trajeran novelas de caballería y le trajeron la «Vida de Cristo» y el «Flos Santorum», (Vidas de los Santos). Leyéndolas, su ánimo ardiente y ambicioso decía: «¿Esto hizo San Francisco? Pues yo también lo puedo hacer. ¿Esto hizo Santo Domingo? Pues yo también lo tengo de hacer».
Después de una larga lucha de sentimientos -«discernimiento de espíritu»- se decidió a dejar la caballería terrena y seguir a Jesucristo.
La conversión de San Ignacio fue en 1521 a los 30 años, en su lecho de convaleciente. En el sitio de Pamplona por el ejército francés, una bala de cañón le destrozó la pierna derecha, y apenas cayó él, el puñado de españoles que defendía la fortaleza se rindió.
En su larga convalecencia Iñigo leyó vidas de Santos; había pedido le trajeran novelas de caballería y le trajeron la «Vida de Cristo» y el «Flos Santorum», (Vidas de los Santos). Leyéndolas, su ánimo ardiente y ambicioso decía: «¿Esto hizo San Francisco? Pues yo también lo puedo hacer. ¿Esto hizo Santo Domingo? Pues yo también lo tengo de hacer».
Después de una larga lucha de sentimientos -«discernimiento de espíritu»- se decidió a dejar la caballería terrena y seguir a Jesucristo.
San Ignacio de Loyola, Hombre de Fuego
[Audio]
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P. Leonardo Castellani
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Oración a san Ignacio de Loyola
¡Glorioso San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús y especial abogado y protector mío! Ya que tan elevado estáis en el Cielo por haber hecho vuestras obras a mayor honra y gloria de Dios, combatiendo a los enemigos de la Iglesia, defendiendo nuestra santa fe, dilatándola por medio de vuestros hijos por todo el mundo, alcánzame de la divina piedad, por los méritos infinitos de Jesucristo, e intercesión de su gloriosa Madre, entero perdón de mis culpas, auxilio eficaz para amar a Dios y servirle con todo empeño en adelante, firmeza y constancia en el camino de la virtud, y la dicha de morir en su amistad y gracia, para verle, amarle, gozarle y glorificarle en vuestra compañía por todos los siglos.
Amén.
San Ignacio de Loyola
Ruega por nosotros
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