“El Papa se ganó el corazón de todos los obispos argentinos”
Mons. Juan Alberto Puiggari
Mar del Plata (Buenos Aires), 11 May. 09 (AICA): “El Santo Padre nos impresionó y ganó el corazón de todos los obispos argentinos. Es un hombre muy sencillo y cercano, escucha con mucha atención lo que cada uno va diciendo, pregunta, se interesa, nunca deja de mirar a la cara, tiene una mirada dulce y fuerte que conmueve, uno siente el aliento del Santo Padre para seguir cumpliendo la misión”, aseguró el obispo de Mar del Plata, monseñor Juan Alberto Puiggari, al describir las sensaciones vividas en su encuentro con el papa Benedicto XVI, en el marco de la reciente visita “ad límina”.
Mons. Juan Alberto Puiggari
Mar del Plata (Buenos Aires), 11 May. 09 (AICA): “El Santo Padre nos impresionó y ganó el corazón de todos los obispos argentinos. Es un hombre muy sencillo y cercano, escucha con mucha atención lo que cada uno va diciendo, pregunta, se interesa, nunca deja de mirar a la cara, tiene una mirada dulce y fuerte que conmueve, uno siente el aliento del Santo Padre para seguir cumpliendo la misión”, aseguró el obispo de Mar del Plata, monseñor Juan Alberto Puiggari, al describir las sensaciones vividas en su encuentro con el papa Benedicto XVI, en el marco de la reciente visita “ad límina”.
Tras sostener que “ciertamente su persona irradia a Dios y hace presente el misterio Petrino”, subrayó: “Es un regalo de Dios para su Iglesia”.
En relación a la audiencia privada que mantuvo con el Pontífice, monseñor Puiggari explicó que “me escuchó con mucha atención cuando le describía la diócesis y le hablaba de sus problemas”, y precisó que “ubicó geográficamente la diócesis sin tener que hacerlo yo; también me preguntó sobre la causa del Siervo de Dios cardenal Eduardo Pironio, se interesó por el turismo y el modo concreto de nuestra atención pastoral al mismo y remarcó la necesidad de trabajar con los jóvenes y con las familias”.
Asimismo, destacó que “la visita ad límina para un obispo es siempre un momento muy fuerte de vivencia de su fe como pastor de una Iglesia local. Uno va a Roma para profesar la fe en la tumba del apóstol Pedro y confirmarla en el Pedro de hoy, Benedicto XVI”.
El obispo se manifestó además sorprendido por la multitud de personas que forman “colas interminables” para rezar en la tumba del Siervo de Dios Juan Pablo II: “A cuatro años de su muerte se calcula que pasan entre 35.000 y 40.000 personas por día, eso es un signo de que la Iglesia está viva”, indicó.
Por último, monseñor Puiggari dijo haber tenido siempre presente en su corazón a “toda nuestra diócesis de Mar del Plata, sus sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, consagradas, laicos, seminaristas y especialmente los que más están sufriendo”.
Durante su estadía en Roma, los prelados argentinos celebraron misas en las basílicas mayores - San Pablo, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor- y también peregrinaron a Asís, donde compartieron un día de oración y veneraron la tumba de San Francisco.
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